FÉLIX LOPE DE VEGA. SONETOS
Un soneto me manda hacer Violante
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Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen que es soneto:
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.
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Rima CXXVI
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Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave, olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño; esto es amor, quien lo probó lo sabe. |
Comentario de texto de la Rima CXXVI.
SOLUCIONES.
Este
es un soneto de Lope de Vega (Madrid, 1562-1635), autor que destaca en la
historia de la Literatura por ser el creador de la comedia española, pero
también es un importante poeta que junto a Quevedo y Góngora forman la terna de
los poetas más importantes del Siglo de Oro español. El soneto se inscribe
dentro de la corriente petrarquista heredada del Renacimiento. Se basa en el
juego de contrarios, tópico al que se recurre para describir el sentimiento
amoroso.
El
tema del soneto es la definición del amor como un sentimiento lleno de
contradicciones, hecho que el poeta sabe por experiencia propia.
Todo
el poema nos cuenta mediante el enfrentamiento de contrarios las
contradicciones a las que se llega con el amor a una persona, desde lo más
positivo a lo más negativo somos capaces de hacer para conseguir el amor. En el
último verso, el poeta se remite no sólo a él, sino a toda persona que probó el
amor, como testigos de todo lo que anteriormente ha definido al amor.
La
estructura del soneto es muy particular: desde el verso 1 hasta la primera
parte del verso 14 forma una unidad sintáctica y de sentido, que es la
definición del amor mediante contrarios; la segunda parte, el segundo
hemistiquio del verso 14, que designa a cualquier persona que probó el amor
como corroborante de lo dicho.
Métricamente,
Lope de Vega sigue la estructura clásica del soneto: dos cuartetos y dos
tercetos endecasílabos con rima consonante. La estructura sería 11A 11B 11B 11A
11A 11B 11B 11A 11C 11D 11 C 11D 11C 11 D.
Estilísticamente,
destaca la abundante presencia de verbos en infinitivo y de adjetivos
calificativos para designar el concepto de amor con una larga enumeración que
son atributos suyos, y cuya naturaleza intentan definir. El infinitivo es una
forma verbal que siempre se utiliza para dar impresión de eternidad o presencia
permanente. Todos estos adjetivos tienen como núcleo un infinitivo: desmayarse, atreverse, estar, no hallar,
mostrarse, huir, beber, olvidar, amar, creer, dar. Dos infinitivos, estar y mostrarse, uno en cada cuarteto,
llevan una larga serie de adjetivos que constituyen una enumeración dentro de
la enumeración general del poema. La figura retórica por excelencia es el
asíndeton, base para estructurar las enumeraciones.
De
este modo, a la larga enumeración de los cuartetos sigue un ritmo más pausado
en los tercetos, donde cada idea ocupa casi un verso. Debido a la larga
enumeración, lo versos se dividen en varias partes simétricas: el 11 es
bimembre; el 1, el 7 y el 8 son trimembres; el 2, el 3, el 4 y el 6 son
polimembres.
Otra
figura importante, esta vez, para entender el sentido del poema, es la
antítesis, ya que muestra diferentes estados de ánimo provocados por el amor,
que se mezclan y confunden. Veamos algunos ejemplos:
Áspero
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Difunto
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Leal
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Cobarde
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Alegre
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Satisfecho
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Veneno
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Cielo
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tierno
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vivo
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traidor
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animoso
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triste
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ofendido
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licor
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Infierno
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La
paradoja que mejor describe el sentimiento contradictorio del amor, de raíces
petrarquistas, es la del verso 11: olvidar
el provecho, amar el daño.
Al
final del poema aparece alguna metáfora: licor
süave y cielo son el amor cuando nos presenta su lado más
agradable; veneno e infierno son el amor en su lado más amargo.